Donald Trump, presidente de EEUU, no ha defraudado en Davos. En su discurso en el Foro Económico Mundial, ha hecho un encendido y patriota alegato del sueño americano para defender sus medidas económicas, con una reducción “histórica” de impuestos, la eliminación de “burócratas” y la búsqueda de acuerdos comerciales “justos y con beneficios recíprocos” con el resto del mundo.
Queriendo dar una lección a los elitistas de Davos que el año pasado echaban pestes con su llegada a la Casa Blanca y que hoy le reconocen la hoja de servicios que exhibe en su primer año de presidencia: las Bolsas se sitúan en niveles récord, la economía está creciendo al 3%y sus promesas en materia de desregulación e impuestos se van cumpliendo. “Trump viene a exhibir su éxito y a demostrar que forma parte de los grandes líderes mundiales”, explica el antiguo embajador de EE UU en México, Carlos Pascual.
Causó una impresión inmediata, hablando del dólar y mencionando el objetivo principal de su visita, convencer a los líderes empresariales para aumentar la inversión en los Estados Unidos. “Mucha gente está regresando a los Estados Unidos. Estamos viendo una gran inversión y hoy ha sido un día muy emocionante.”, dijo Trump a los periodistas.
Fuente: WEF