Apuntes de una Cuarentena: ¿Qué esperar para 2021?

Luis Gerardo GarcíaLuis Gerardo García.- Para nadie es un secreto que 2020 fue, por ser ampliamente generosos, un año de grandes retos, marcado por el inicio de la terrible pandemia que aún nos mantiene en reserva. De estos grandes retos resultaron varias iniciativas, suerte de “brotes verdes”, que nos hacen optimistas al futuro: un regulador del mercado (Superintendencia Nacional de Valores) consciente de su rol y proactivo en las soluciones; un mercado de valores más dinámico, motorizado por nuevos actores; y una camada de nuevos emisores, con nombres poco conocidos y marcas de alto reconocimiento.

Se nos antoja que 2021 continuará esa tendencia y será un año de progresión, enmarcado en el desmarque entre lo económico y político venezolano que hemos atestiguado en los últimos meses. Aunque estos próximos doce meses seguirán siendo marcados por la presencia del Coronavirus, la promesa de una vacuna y la adaptación a la existencia del virus tenderán a diluir la negatividad que imperó en 2020. En este escenario, podemos vislumbrar lo siguiente:

  • El uso del dólar como moneda transaccional (conocido como “dolarización”) seguirá en ascenso, movido por la necesidad de contar con una referencia estable para la fijación de precios y la salvaguarda del patrimonio personal.
  • En la medida en que la dolarización aumente, surgirán, o se cementarán, medios de pago alternativos, y el entorno local adaptará sus sistemas a esta realidad, con la venia o con el impulso del Estado.
  • La dolarización también permeará al pasivo. El sistema financiero evolucionará hacia la captación por vía de cuentas bancarias, instrumentos de ahorro o títulos valores denominados en moneda extranjera (o con algún tipo de indexación), para acceder a esa masa de activos en dólares no bancarizados o que son susceptibles de ser invertidos.
  • Este efecto de la dolarización del pasivo modificará de forma importante al mercado de valores. Aunque la renta variable vivirá un momento estelar en este año, la renta fija seguirá marcando la pauta; la captación de recursos en moneda extranjera forzará la ampliación de los vencimientos y podrá permitir a las empresas acceder a mayores plazos de financiamiento.
  • La aparición de instrumentos de inversión en dólares, aunado a una menor incertidumbre sobre la posibilidad de repatriación de capitales (por la vía de un mercado cambiario más amplio), podría captar la atención de fondos de inversión extranjeros. En un contexto mundial de incremento de la liquidez, asociado a los programas de rescate e incentivo económico de economías desarrolladas (como el CARES Act estadounidense), los rendimientos globales tenderán a mantenerse deprimidos, lo que causaría que fondos de inversión se interesen en mercados con potencial de apreciación, buscando esos rendimientos extra que signifiquen una ventaja competitiva.
    Como consecuencia, podríamos ver un incremento en inversiones patrimoniales para la toma de control de activos tradicionales (la compra de los activos de Cargill por parte de Grupo Phoenix y Puig) y un potenciamiento de esquemas de asociación público-privada donde el Estado cede espacios de participación y control activos a entes privados en sectores considerados medulares o estratégicos.
  • Finalmente, esperamos que la escena startup local continúe en ascenso, con la competencia de actores establecidos globalmente (Delivery Hero/Pedidos Ya), emprendimientos locales con apoyo internacional (Hugo/Yummy) y nuevos participantes disruptivos.

Tenemos la impresión de que 2020 nos afectó a todos y nos sumió, al menos por un rato, en una depresión colectiva. Por eso, 2021 podrá ser un excelente año, si tan solo sirva para sacudirnos ese letargo que nos causó el COVID-19.

 

@VzlanaF

 

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